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En este artículo quiero «tocar» un tema algo delicado: el uso de la tecnología para minimizar el dolor por la muerte de nuestros seres queridos. Y no, no me refiero a utilizar la IA como deepfake comercial o viral (como se hizo con el spot en el se «resucitó» a Lola Flores para una conocida marca de cerveza).

Llevo tiempo queriendo escribir sobre la posibilidad de poder tener a nuestras personas desaparecidas presentes, incluso después de su fallecimiento. En este pequeño vídeo te dejo una primera reflexión para ir preparando el terreno.

@neurona.top En este artículo reflexiono y te propongo comentar en torno al uso de la Inteligencia Artificial, para acercarnos a nuestros seres queridos que ya no están. #inteligenciaartificial#IA#muerte ♬ sonido original - neurona

¿Tiene sentido sufrir de forma natural?

Aquí es cuando comienza el debate. Somos mamíferos, se supone que vivimos en un entorno natural (que hemos modificado de forma sorprendente y a veces insultante) y que tenemos que sufrir el duelo por una pérdida, e incluso asimilarlo como parte de nuestra condición efímera. ¿Es mejor utilizar las herramientas disponibles para no sufrir tanto? ¿Cómo gestiona el ser humano ser olvidado al morir? ¿Hemos creado relaciones de dependencia, más allá de lo natural? Aunque esta conversación nos transporta a un capítulo de la serie Black Mirror, hay un pensamiento que no puedo quitarme de la cabeza: «llegará un momento en el que nuestra muerte no afectará a nadie, ya que tendremos clones físicos y digitales». Pero como para eso aún queda mucho tiempo, quiero centrarme en el corto-medio plazo.

Harold Cohen. Mi primer contacto con el más allá.

Hace años que vi la entrevista de Harold Cohen (Londres, 1928 – 2016) en la que nos presentaba a AARON, un modelo programado para crear pinturas y dibujos con su propio estilo. En definitiva, Cohen había creado el primer «robot» artista de Inteligencia Artificial, y eso me llegó muy hondo.

Cuando puede ver en primera persona a AARON creando un dibujo a tiempo real, me sentí realmente cerca del artista ya fallecido. Fue en el Whitney Museum de Nueva York, y allí nos estaba esperando a solas (no había nadie más en la sala). Es cierto que el mito y la esencia del proyecto hacen que todo sea más impactante, pero hay que reconocer que este proyecto es pionero y mágico. AARON estuvo actualizándose entre 1972 y 2010, y cada vez imitaba mejor el estilo de Harold Cohen:

La TeleAusencia

Por otro lado, una interesantísima investigadora del MIT Media Lab (Ozgun Kilic), me mostró este proyecto dirigido por el profesor Hiroshi Ishii (director del Tangible Media Group del MIT): TeleAbsence.

"La gente muere dos veces. Primero, cuando fallecen. Segundo, cuando son olvidados"

Rokusuke Ei (1933-2016)

Con este trabajo, lo que se pretende es trabajar la tele ausencia, es decir, conectar con quien ya no está. Presencia y ausencia son fundamentales en el estado de «seres mortales», y la intención es crear elementos que permitan la conexión entre quienes no se han ido todavía, y quienes se han marchado ya. Esta tele ausencia tiene la intención de crear canales de comunicación ilusorios con las personas fallecidas. Así se alivia el dolor, la nostalgia y la añoranza (o, como se dice en portugués, «saudade«). En este vídeo se explica con más detalle:

La ficción visual

En la industria del entretenimiento, siempre ha existido un gran interés por traer a la vida a personajes históricos: cantantes, artistas, personalidades de la política… encarnados por actores excelentemente caracterizados, o en ocasiones creados por especialistas en 3D y efectos especiales.

Pero sucede, que tecnología cada vez más potente empieza a estar al alcance de cada vez más personas. En mi caso particular llevo meses trabajando creando este tipo de ficciones visuales. Tanto a un nivel más histórico, como en un plano más actual, el trabajo con herramientas de inteligencia artificial va mucho más allá de una simple generación de una imagen.

Es el caso de mi proyecto Dorothea Lange x Juan Gris, que preparé para proponer mi estancia en el MIT. Dorothea Lange fue una famosísima fotógrafa documentalista, muy conocida por su labor visual durante la Gran Depresión americana. Juan Gris, fue uno de los artistas cubistas más importantes del movimiento. Ambos pudieron conocerse en el año 1920, pero esto nunca llegó a ocurrir. Pero, ¿qué hubiera pasado si Lange hubiera fotografiado a Gris y sus discípulos en su estudio de París?

Dorothea Lange fotografiando a una discípula de Juan Gris. Imagen generada por IA. Ricardo Campos.

Otro proyecto que me emocionó mucho, y con el que realmente tuve una pequeña-gran revelación, fue con el fotógrafo Carlos Canal. De su impactante exposición «Archivo Sombra», hubo una imagen que me llamó realmente la atención: la de su hija Isadora. Lamentablemente, Isadora falleció muy joven hace algo más de 20 años. Pero, ¿cómo sería ahora su rostro si aún estuviera viva? Es un planteamiento que trabajamos Carlos y yo, y que generó una imagen sorprendente, llena de realismo y trabajada con el estilo tan característico del artista. Obviamente, estábamos rozando un terreno muy delicado y, con quién mejor que con Carlos, para experimentar sobre él. Su increíble forma de ver la vida lo hizo posible, ya que es precisamente su Archivo Sombra una introspección de la memoria, el olvido y el silencio. Le estoy muy agradecido por haberme dejado ser parte en el proceso:

Ficción visual de Isadora. Imagen generada por IA. Carlos Canal y Ricardo Campos.

Los avances técnicos

Pero, ¿por qué centrarnos únicamente en una imagen? Cada vez van apareciendo más aplicaciones y modelos de generación de vídeo, para imitar voces, tonalidades, e incluso la manera de razonar u obtener una conclusión. Todo esto, unido a tecnologías tradicionales (como el mapping o proyección audiovisual, o la segunda luna de miel que está viviendo el holograma) o elementos más disruptivos (como las gafas de realidad mixta de Apple) ayudan a potenciar todo el trabajo previo. Estas aplicaciones todavía se utilizan como «generadoras de Deep Fakes y memes«, pero tienen una gran aceptación. Nuestros sentidos se van acostumbrando a su uso y disfrute.

Algún día no demasiado tarde, se unirán todas las piezas del puzzle y sentiremos que el "más allá", está "más acá".

Voz y vídeo. Un primer contacto.

Ahora, quiero enseñarte este proyecto llamado EMO (Emote Portrait Alive) desarrollado por el grupo chino Alibaba (la lucha por el dominio mundial también se traslada a la creación de aplicaciones de IA).

Con tan solo subir una imagen y un archivo de audio, podemos obtener animaciones realmente sorprendentes. Y la calidad mejora sin parar. De hecho, este tipo de proyectos se quedan desfasados en apenas unas semanas, dada la rapidez en la aparición de los nuevos procesamientos:

Este tipo de papers son publicados, en su mayoría, en abierto. Luego se suelen convertir en aplicaciones de pago (con sencillas demos gratuitas). Esta facilidad y libertad de réplica provocan una inundación de aplicaciones que tienen un recorrido muy corto: son fáciles de copiar, y se quedan obsoletas muy rápido. Todavía estamos en una fase muy inicial de este tipo de proyectos, pero el resultado es cada vez mejor, y más realista.

En las redes sociales

Podemos ir encontrando pequeñas demostraciones o simulaciones de hasta dónde queremos/podemos llegar. En ocasiones podemos pensar que hay quien ha logrado hablar con su ser fallecido, pero esto no es más que el efecto de una confusión (intencionada) provocada para buscar el clickbait. No obstante, no dejan de ser posibilidades que irán cada vez a más.

Con el paso de los años, los seres humanos iremos registrando (intencionadamente o no) contenido de nuestra propia vida (voz, imágenes, pensamientos) y esto nos permitirá obtener modelos cuasi-perfectos.

@reviveai1 Our real case, through AI, revived the deceased relatives and made a video call with him.#death #ai #Revive ♬ original sound - reviveai1

La experiencia de la viuda de Lou Reed

Por las redes y los medios digitales también fluyen una serie de noticias, que son más potentes en los titulares que en la realidad. Hace unos años, mucho antes del lanzamiento de ChatGPT, se corrió la voz sobre cómo Laurie Anderson (viuda del cantante Lou Reed fallecido hace más de 10 años) estaba enganchada a un bot de texto inspirado en el artista.

A través de un proyecto de investigación de la Universidad de Adelaida, la mujer de Reed reconoció sentirse «enganchada» al programa que le respondía como si fuera su difunto marido. Textualmente: «soy totalmente, 100% adicta al chatbot que imita a mi marido».

En este caso, el prototipo estaba creado por fines artísticos. De hecho, la propia Anderson reconocía ser consciente de que ese que respondía no era Lou Reed, pero que las obras y las respuestas que se generaban sí llegaban a tener su personalidad.

Fuente: The Guardian

La reflexión ¿final?

Podría estar hablando de muchos proyectos más. Hay muchísimos papers académicos y publicaciones en internet. Pero quiero dejar alguna reflexión más.

Creo que el uso de la tecnología como alivio, puede ser tan útil como el de una medicina química que nos cura (el propio Ibuprofeno). Ambos desarrollos son artificiales y tienen un uso puntual. Lo que no tiene sentido, es que nos creamos que gracias a la medicina jamás moriremos.

Por otra parte, hay quien opina que para replicar a un ser fallecido (humano, o animal) es necesario obtener grabaciones 24 x 7 , desde que nace, para poder tener un modelo totalmente real (al estilo Show de Truman). Realmente no es así ya que los seres vivos, tarde o temprano, llegamos a repetir patrones. Y los modelos de Inteligencia Artificial están capacitados para predecir, anticipar, y reaccionar a través de nuestros inputs.

Y tú, ¿qué opinas de todo ésto? ¿Tiene sentido más allá de lo artístico o de lo anecdótico? ¿Llegaremos a sentir alivio de verdad? ¿Es bueno que este alivio sea creado de manera artificial, neutralizando la naturaleza del dolor por la pérdida?

 


 

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